domingo, 18 de agosto de 2013

Recen por Mí- Papa Francisco

Recen por mí. Pensamientos del Papa Francisco



Dios nos tiene paciencia, tanta paciencia porque es un Dios Misericordioso, no se cansa nunca de perdonar, nosotros nos cansamos de pedir perdón, pero Él no se cansa nunca de perdonar.


En las ciudades de hoy hay esclavistas, que esclavizan a mujeres y niños inocentes, con trabajos forzados y haciéndolos trabajar con su cuerpo, haciendo abuso de su cuerpo, debemos terminar con esta usanza.
El aborto no es nunca una solución, por eso instauré en Buenos Aires, la cadena de oración todos los 25 de Marzo día del niño no nacido.


La familia cumple un rol fundamental en la sociedad, siendo esta querida por Dios, donde el padre y la madre, ayudan a crecer a sus hijos y los alimentan de valores cristianos, y es allí donde los niños desarrollan su vida siempre al amparo de sus padres, que hacen las veces de Dios, en su comprensión y contención.


San José el esposo de María Virgen, era el custodio de María y de Jesús, y desempeñó su papel con tanto amor. Todos debemos ser custodios unos de otros y custodios de nosotros mismos. El poder que me otorgan como Papa, significa el poder de apacentar mis corderos, como dijo Jesús a Pedro, después de preguntarle si lo amaba. El poder es servicio, por eso yo soy el servidor de todos.


Debemos rezar a Dios y debemos rezar unos por otros.  El camino del cristiano es Caminar, Edificar y Confesar.
Caminar, salir de las comodidades y anunciar el Evangelio
Edificar, crear un mundo nuevo donde todos amen a todos, y también amarnos a nosotros mismos
Confesar, dar a conocer a Cristo y confesarlo, aún a riesgo de nuestra propia vida, caminado, edificando y confesando a Cristo, renovamos la Iglesia y no la hacemos una ONG, sino un lugar donde se ama, se cuida especialmente a los niños, los ancianos y los enfermos.


No sintamos desánimo ni amargura, esas son tentaciones del diablo, nosotros debemos seguir para adelante con un corazón feliz ¿No es ser feliz estar con Dios? Si pecamos acudamos a la Misericordia del Señor, que nunca se cansa de perdonar, vamos con un corazón contrito y Él nos abraza y nos besa y nos dice vete y no peques más.


Ahora les digo el significado de los cinco dedos de la mano, el primero el índice nos invita a rezar por las personas más cercanas a nosotros, es la dulce oración. El segundo que es más largo que el primero nos invita a orar por los profesores, sacerdotes, gente de mando. El tercero el más largo de todos nos invita a orar por nuestros gobernantes, por los que llevan el destino de nuestro país. El cuarto es el más débil, lo que nos llama a orar por los más pequeños de la sociedad, los más débiles, por los que más sufren y el quinto dedo el más pequeño de los cinco nos hace orar por nosotros mismos.


Sí, Cristo Resucitó y así venció al mal y al pecado de este mundo. La Resurrección de Jesús, es un acto de Misericordia, dejémonos llenar por su Misericordia, así riega las arideces de nuestros corazones. Con la Resurrección de Jesús, siempre vence el bien, al mal, lo bueno a lo malo, seamos testigos de este acto de Amor y llevémoslo hacia los extremos confines de la tierra. El amor triunfó sobre el odio. ¿No es algo maravilloso? Y a la vez nos abrió las puertas del Cielo.


El lema del Escudo Papal es miserando atque eligendo  que significa “Lo miró con Misericordia y lo eligió” o también “Amándolo lo eligió”. El Papa Francisco, siempre pone el énfasis en la Misericordia de Dios, y dice constantemente que tenemos que ser misericordiosos con los demás, cómo el Padre es misericordioso con nosotros.


Un cristiano que se encierra en sí mismo, no es un cristiano. Esperando la Venida del Señor este es el tiempo de la acción, de ayudar a los demás, a los más necesitados, es un tiempo de amar a los demás y a nosotros mismos pero saliendo, siempre saliendo para ayudar al prójimo.


Cristo es Todo, lo demás es nada. El cristiano tiene que dar la otra mejilla cuando lo golpean, y dar la túnica si te roban el manto.
Es difícil seguir a Jesús, es difícil, pero también es fácil cuando somos cautivados por su amor. Debemos ser dóciles y magnánimos, dóciles para dejarnos conducir por Jesús, donde quiera que sea y magnánimos o sea de gran corazón, como lo es Nuestro Señor Jesús. Jesús es magnánimo porque es lo más grande que hay.
Cuando el todo se transforma en nada y viceversa es cuando comienzan las peleas familiares, las guerras y las demás cosas malas. Cristo es el todo y lo demás es nada.


Hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece.



ADRIÁN PRUNOTTO

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