Recen por mí. Pensamientos del Papa Francisco
Dios nos tiene paciencia, tanta paciencia
porque es un Dios Misericordioso, no se cansa nunca de perdonar, nosotros nos
cansamos de pedir perdón, pero Él no se cansa nunca de perdonar.
En las ciudades de hoy hay esclavistas,
que esclavizan a mujeres y niños inocentes, con trabajos forzados y haciéndolos
trabajar con su cuerpo, haciendo abuso de su cuerpo, debemos terminar con esta
usanza.
El aborto no es nunca una solución, por
eso instauré en Buenos Aires, la cadena de oración todos los 25 de Marzo día
del niño no nacido.
La familia cumple un rol fundamental en la
sociedad, siendo esta querida por Dios, donde el padre y la madre, ayudan a
crecer a sus hijos y los alimentan de valores cristianos, y es allí donde los
niños desarrollan su vida siempre al amparo de sus padres, que hacen las veces
de Dios, en su comprensión y contención.
San José el esposo de María Virgen, era el
custodio de María y de Jesús, y desempeñó su papel con tanto amor. Todos
debemos ser custodios unos de otros y custodios de nosotros mismos. El poder
que me otorgan como Papa, significa el poder de apacentar mis corderos, como
dijo Jesús a Pedro, después de preguntarle si lo amaba. El poder es servicio,
por eso yo soy el servidor de todos.
Debemos rezar a Dios y debemos rezar unos
por otros. El camino del cristiano es
Caminar, Edificar y Confesar.
Caminar, salir de las comodidades y
anunciar el Evangelio
Edificar, crear un mundo nuevo donde todos
amen a todos, y también amarnos a nosotros mismos
Confesar, dar a conocer a Cristo y
confesarlo, aún a riesgo de nuestra propia vida, caminado, edificando y
confesando a Cristo, renovamos la
Iglesia y no la hacemos una ONG, sino un lugar donde se ama,
se cuida especialmente a los niños, los ancianos y los enfermos.
No sintamos desánimo ni amargura, esas son
tentaciones del diablo, nosotros debemos seguir para adelante con un corazón
feliz ¿No es ser feliz estar con Dios? Si pecamos acudamos a la Misericordia del
Señor, que nunca se cansa de perdonar, vamos con un corazón contrito y Él nos
abraza y nos besa y nos dice vete y no peques más.
Ahora les digo el significado de los cinco
dedos de la mano, el primero el índice nos invita a rezar por las personas más
cercanas a nosotros, es la dulce oración. El segundo que es más largo que el
primero nos invita a orar por los profesores, sacerdotes, gente de mando. El
tercero el más largo de todos nos invita a orar por nuestros gobernantes, por
los que llevan el destino de nuestro país. El cuarto es el más débil, lo que
nos llama a orar por los más pequeños de la sociedad, los más débiles, por los
que más sufren y el quinto dedo el más pequeño de los cinco nos hace orar por
nosotros mismos.
Sí, Cristo Resucitó y así venció al mal y
al pecado de este mundo. La
Resurrección de Jesús, es un acto de Misericordia, dejémonos
llenar por su Misericordia, así riega las arideces de nuestros corazones. Con la Resurrección de
Jesús, siempre vence el bien, al mal, lo bueno a lo malo, seamos testigos de
este acto de Amor y llevémoslo hacia los extremos confines de la tierra. El
amor triunfó sobre el odio. ¿No es algo maravilloso? Y a la vez nos abrió las
puertas del Cielo.
El lema del Escudo Papal es miserando
atque eligendo que significa “Lo miró
con Misericordia y lo eligió” o también “Amándolo lo eligió”. El Papa
Francisco, siempre pone el énfasis en la Misericordia de Dios,
y dice constantemente que tenemos que ser misericordiosos con los demás, cómo
el Padre es misericordioso con nosotros.
Un cristiano que se encierra en sí mismo,
no es un cristiano. Esperando la
Venida del Señor este es el tiempo de la acción, de ayudar a
los demás, a los más necesitados, es un tiempo de amar a los demás y a nosotros
mismos pero saliendo, siempre saliendo para ayudar al prójimo.
Cristo es Todo, lo demás es nada. El
cristiano tiene que dar la otra mejilla cuando lo golpean, y dar la túnica si
te roban el manto.
Es difícil seguir a Jesús, es difícil,
pero también es fácil cuando somos cautivados por su amor. Debemos ser dóciles
y magnánimos, dóciles para dejarnos conducir por Jesús, donde quiera que sea y
magnánimos o sea de gran corazón, como lo es Nuestro Señor Jesús. Jesús es
magnánimo porque es lo más grande que hay.
Cuando el todo se transforma en nada y
viceversa es cuando comienzan las peleas familiares, las guerras y las demás
cosas malas. Cristo es el todo y lo demás es nada.
Hace más ruido un árbol que cae, que un
bosque que crece.
ADRIÁN PRUNOTTO
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