Aunque nuestros pecados sean como rojo
escarlata, como blanca nieve se transformarán.
Gracias a la Misericordia de
Jesús, sabemos que Él por medio de una sincera confesión, nos perdona. Y
también nos ama hasta tal punto que aunque seamos pecadores, Él deja las
noventa y nueve ovejas y sale en busca de la oveja perdida, que somos nosotros,
y cuando la encuentra, se la pone en los hombros y muy contento regresa con la
manada. También nos dice el Señor, “hay más alegría en el Cielo, por uno solo
que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión”.
El Jesús de la Misericordia que se
le apareció a Sor Faustina, tiene la inscripción a sus pies “Jesús en Vos
Confío”, o sea que tenemos que confiar plenamente en Dios, Él nos lo pide.
Confiar en su Misericordia , que es Infinita y nos libra del Infierno para
llevarnos al Cielo.
Sí Jesús es así, Misericordia Pura y
nosotros necesitamos de Su Amor para vivir, sin Amor no hay vida.
Pidamos a Jesús Misericordioso, confiar en
Él, la unión de los Cristianos y el perdón de nuestros pecados por medio de una
sincera Confesión. Amén
Adrián Prunotto
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